lunes, 21 de abril de 2014

Crítica del arte: Sarcófago de Tutankamón


En 1907 el inglés Howard Carter financiado por Lord Carnarvon, inició una exploración en busca de la tumba de Tutankamón, pero no fue sino hasta noviembre de 1922 que encontraron una escalera que conducía a una entrada cuya puerta todavía conservaba los sellos intactos colocados por las autoridades de la necrópolis real. Carter halló un gran tabernáculo que ocupaba todo el espacio de la cámara funeraria, otros tres tabernáculos en madera dorada se hallaban dentro de éste. El último contenía los cuatro sarcófagos con la momia del rey Tutankamón.




Descripción
El tercer sarcófago de Tutankamón, el cual contenía la momia del faraón, esta hecha de 110 kilos de oro macizo y mide casi un metro noventa de largo. En el rostro se ven sus rasgos y la barba faraónica de Osiris (simbolizando a Horus). En su frente y en su pecho se observan las figuras multicolores de la diosa cobra (Uadyet) y la diosa buitre (Nejbet) con sus alas desplegadas. En su cuello y en su pecho tiene collares hechos de pequeños discos de oro y en sus manos tiene un cetro y un látigo. En sus piernas aparecen las divinidades Isis y Neftis y sobre sus pies esta la diosa Isis de rodillas con las alas abiertas.

Análisis
Los elementos más destacados del ataúd son su color, las líneas que forman su textura y su figura. El color que predomina es el dorado debido a que está hecho de oro macizo, sin embargo también se destacan varios colores brillantes tales como el azul y el rojo que resaltan algunas de sus partes. Las líneas y su textura son una parte importante ya que con ellas se distinguen las formas y las alas de las divinidades plasmadas. La figura que tiene es respectivamente la del cuerpo del faraón, la cual esta muy proporcional ya que la momia cubierta sólo por las vendas y la máscara ocupaba la totalidad del ataúd y medía un metro ochenta y cinco. Hay un balance simétrico en todos sus elementos ya que la mitad derecha es casi igual a la izquierda. Los colores ayudan a crear los puntos de atención o de énfasis y el conjunto nos brinda un sentimiento de armonía ya que todos sus elementos se combinan perfectamente para crear esta obra magnífica. 

Interpretación
Hay muchos mensajes escondidos en la superficie del ataúd, mensajes que se manifiestan a través de símbolos comunes del Antiguo Egipto. A los faraones se les representa siempre con los atributos característicos de su poder y realeza, un ejemplo son las figuras de la cobra y el buitre, divinidades que simbolizan el dominio sobre el Alto y Bajo Egipto que juntas representan la unificación de los dos reinos. Otros símbolos especiales propios del monarca son el cetro en una mano y el látigo  en la otra. Las alas desplegadas de las divinidades representaban la protección del soberano y la presencia de Isis y Neftis simboliza la protección a los difuntos. El mensaje principal era el de adorar a Tutankamón tanto en vida como en su muerte, por esto le daban tanta importancia a la tumba y sarcófago de los faraones, además de que se creía en la vida eterna. El faraón era considerado el representante de Dios sobre la tierra, él mismo era una figura divina y por esta razón se le debe el respeto que merece.

Juicio
La obra es estéticamente valiosa ya que tiene elementos muy finos en detalle y cuidadosamente colocados los cuales en conjunto crean una obra magnífica. Además de los materiales tan valiosos que usaron, les dieron un significado y transmiten un mensaje que es fácil de comprender: la esplendidez de los faraones egipcios. Por lo tanto las teorías del formalismo y emocionalismo se aplican para esta obra. Es tanto estéticamente como históricamente valiosa ya que Tutankamón es el faraón más conocido de Egipto y su tumba era la única de su época que se encontraba intacta y llena de tesoros nunca antes vistos.




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